Los hombres tienen distintos gestos que se configuran según las de actividades que desempeñan. Las expresiones de ellos definen comportamientos que dejan en evidencia el constante interés por impactar y sobresalir entre los otros ante la presencia femenina.
Se asume que así como todos actúan en distintos contextos, están condicionados a convivir con las mujeres, por lo tanto adoptando conductas que les permitan expresar su virilidad.

Esta instalación, sostiene una escultura compuesta por figuras de hombres en miniatura y la abstracción de un útero con piernas y su cavidad, todos los personajes modelados en plastilina endurecida sobre una lamina de acrílico transparente de 20 x 20cm. El color rojo de los cuerpos que conforman esta escultura tiene el propósito de identificar cada personaje como parte de un sistema sanguíneo que inicia en el vientre de un útero femenino. El color rojo evoca vitalidad, movimiento excéntrico, también deseo y volumen.

La obra está sostenida por una estructura llamada pechina, figura elemental de las cúpulas, tiene 165 cm de altura donde cuelga como un péndulo, el fruto, el feto en papel maché, en un área de 150 cm.

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